viernes, 24 de agosto de 2007
Cuenta mi señor padre que cuando yo contaba con la tierna edad de 2 años el me ponía en su super tocadiscos Hitachi El lado oscuro de la luna, de pink Floyd, y mi primera reacción era ponerme llorar, y despues me sentaba al lado del parlante y hasta que no terminaba no me movía. 26 años años despues insisto, sentada al lado del parlante, sin poder dejar de sorprenderme ante tan inconmesurable obra maestra de la música. (Además de ser el mejor arte de tapa de un disco de la historia) Aunque desde el experimento del Mago de Oz no puedo dejar de imaginarme a Judy Garland con sus zapateques rojos cada vez que lo escuche. Cuando tenga 80 años, voy a seguir clavandome un caño y poniendo este discaso para tirarme a soñar. Son las cosas que me mantienen viva.
Erase una vez un reino...donde yo fui reina
La nada
Todo
No se
Todo
No se